La variedad se llama tarocco, y la primera vez que las ví, hace ya quince años, me impresionaron tanto que las tiré a la basura, pensando que estaban mal. Cuando ya llevaba cuatro naranjas, decidí que me la comía igual, y tonta de mi, porque estaban y son riquíssimas.
Después me vestiré y me pondré mi primera bufanda. La he tejido con una lana de color azul de mohair, suave y que calienta. La lana viene de Irlanda, fue un regalo para mi cumpleaños, junto al ovillo iban también las dos agujas del 12 y una boina que combina muy bien.
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